Cómo preparar el té matcha sin fallar en el intento

Cómo preparar el té matcha sin fallar en el intento

El té matcha, con su vibrante color verde y sabor umami, es mucho más que una bebida: es un ritual, una forma de conectar con la tradición japonesa y de disfrutar de una experiencia sensorial única. Preparar matcha no es simplemente infusionar hojas, sino que involucra técnica, paciencia y atención al detalle, lo que convierte cada taza en un momento especial de contemplación y disfrute.

A continuación, te guiamos a través de los pasos esenciales para preparar el matcha perfecto, utilizando los utensilios adecuados y respetando el arte tradicional japonés de la ceremonia del té.

1. Los utensilios ideales para preparar el matcha
Para obtener la experiencia más auténtica y refinada, es esencial contar con los utensilios adecuados. Los elementos básicos incluyen:

Tazón de cerámica (chawan): Un cuenco ancho y profundo, ideal para batir el matcha y apreciar su color vibrante.

Batidor de bambú (chasen): Con sus finas hebras, es indispensable para lograr una espuma sedosa y una textura suave.

Cucharón de bambú (chashaku): Usado para medir la cantidad precisa de matcha.

Colador de malla fina: Para tamizar el matcha y evitar los grumos, asegurando una textura más suave y refinada.

Jarra con agua caliente: Preferiblemente a unos 70-80°C, lo que evita que el té se queme y pierda su sabor delicado.

2. Medir y tamizar el matcha
El primer paso en la preparación del matcha es medir la cantidad adecuada de polvo. Para una taza de matcha de calidad, se recomienda usar aproximadamente 1 a 2 gramos de polvo, lo que equivale a 1-2 cucharaditas del chashaku. Después de medir el matcha, es fundamental tamizarlo con un colador fino para evitar los grumos que podrían arruinar la suavidad de la infusión.

3. Preparar el agua
Es crucial usar agua fresca, filtrada y ligeramente caliente, entre 70°C y 80°C. Si el agua está demasiado caliente, puede quemar el matcha y dar un sabor amargo. Es preferible no usar agua hirviendo, ya que afectaría negativamente la suavidad y la frescura del té.

4. Batir el matcha
Coloca el matcha tamizado en el chawan y vierte el agua caliente sobre él. Usando el chasen, comienza a batir con movimientos rápidos en forma de “M” o “W”. Este movimiento permite que el polvo de matcha se mezcle bien con el agua, creando una espuma ligera en la superficie. La clave para un matcha de calidad es la textura: debe ser suave, espumoso y sin grumos.

5. Disfrutar la experiencia
Una vez que hayas batido el matcha, es hora de disfrutarlo. Tómalo inmediatamente, mientras su aroma y sabor se mantienen frescos. El matcha es mejor cuando se consume fresco, ya que su sabor y propiedades empiezan a desvanecerse con el tiempo.

Variaciones para un toque personalizado
Aunque la preparación tradicional de matcha es la más recomendada, existen formas alternativas para disfrutarlo:

Matcha latte: Para quienes prefieren una experiencia más suave, puedes agregar leche (preferentemente de avena o almendra para mantener la suavidad y el sabor delicado). Calienta la leche y mézclala con el matcha batido, creando una bebida cremosa y reconfortante.

Matcha frío: Ideal para los días calurosos, puedes preparar el matcha de la misma manera y luego enfriarlo con hielo. El resultado es una bebida refrescante y rica en antioxidantes.

Matcha en polvo para repostería: El matcha también es excelente como ingrediente en la cocina, desde pasteles hasta galletas y helados, aportando su característico color verde y un sabor único.


Preparar matcha es un arte que va más allá de la simple preparación de té. Es un proceso lleno de tradición, cuidado y atención al detalle. Al seguir estos pasos, podrás disfrutar de una bebida que no solo deleitará tu paladar, sino que también elevará tus momentos de descanso y reflexión a un nivel superior. En Tea Domain, te invitamos a disfrutar del matcha más puro y refinado, ofreciéndote productos que te conectan con la esencia misma del té.

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